November 30th, 2015
Hey,
I'm finally out in the mission field!
And I'm serving in Brussels, Belgium!
This past week has been wacko, we landed in Paris at
around 11:00 am Tuesday morning local time and we arrived at the mission
office and went contacting for an hour. Then, we stayed in the mission home
that night. The next day we all got assigned our trainers. My trainer is Elder
Palfreyman from southern California. He's really nice and patient, which is an
awesome blessing for me. When President Babin assigned us trainers, he told us
we couldn't stay in Brussels for a few days because the panic level in Brussels
was still high. So me and my trainer got on a train to Brussels and then the
next morning we got relocated to Liege. We stayed in Liege for two nights and
spent Thanksgiving there. A missionary couple, the Redds, served us
Thanksgiving dinner at their apartment in Liege.
So on Saturday we were able to go back to
Brussels. It turns out the terrorists who were involved in the incited on
November 13th were living in Brussels. I believe that now all of them were
caught. In every metro station there is always a pair of soldiers with loaded guns.
But Brussels is gorgeous. I'll send pictures next week. Today I had my
first Belgian waffle in Belgium and it was amazing!!
Yesterday we went to church. There is actually
quite a bit of Spanish-speakers. We have French sacrament first,
then French and Spanish combine for Sunday School and 3rd hour. Then the Spanish-speakers
have their own sacrament meeting afterwards. From what I understand, the
Spanish unit should be able to be its own branch pretty soon.
Last night a Brasilero hermano invited us for dinner
and he served us Brazilian rice and meat. It was so good. His name is Diogo
Silva and he served a mission, so he understands the importance of our duty.
He's a really cool guy. We were talking in Spanish and Portuguese back and
forth so that was pretty cool.
Belgium is awesome, it rains quite a bit, but the air
is great for my skin!
Love you and see you next week!
Elder Carlos Enrique Aburto
30 de noviembre de 2015
Hola,
¡Por fin estoy en el
campo misional!
¡Estoy sirviendo en
Bruselas, Bélgica!
Ha sido una semana de
locura: llegamos a París como a las once de la mañana del martes, hora local,
luego nos llevaron a la oficina de la misión, salimos por una hora a buscar
personas y la noche la pasamos en la casa de la misión. Al día siguiente nos
asignaron a nuestros entrenadores: A mí me tocó el élder Palfreyman, él es del
sur de California, y es agradable y paciente, lo cual es una bendición muy
grande. Cuando el presidente Babin nos asignó a nuestro entrenador, a nosotros
nos dijo que por unos días no podríamos quedarnos en Bruselas, ya que el nivel
de alerta aún estaba bastante alto. La cosa fue que mi entrenador y yo tomamos
el tren a Bruselas pero al día siguiente inmediatamente nos trasladamos a
Lieja. Nos quedamos en Lieja dos noches y ahí pasamos el Día de Acción de
Gracias con un matrimonio misionero de apellido Redds que nos invitó a cenar a
su departamento.
Ya el sábado pudimos
venirnos a Bruselas para quedarnos. Resulta que los terroristas que llevaron a
cabo el ataque del 13 de noviembre vivían aquí en Bruselas y me parece que ya
agarraron a todos los que quedaban. En cada estación del metro hay un par de
soldados armados. La cosa es que Bruselas es una ciudad hermosísima, por ai’ la
próxima semana les envío una fotos. Hoy me comí mi primer wafle belga, ¡y
estaba de película! Ayer fuimos a la capilla y al parecer, pues sí, hay
bastante gente hispanohablante. La reunión sacramental es en francés, luego hay
Escuela Dominical y la tercera hora combinadas en francés y español, y por
último hay una reunión sacramental para los que hablan español. También, me
pareció entender que dentro de poco habrá una rama totalmente en español. Anoche
un hermano brasileiro nos invitó a
cenar a su casa y nos sirvió un guiso de Brasil a base de arroz y carne que
estaba bien bueno. El hermano se llama Diogo Silva y también sirvió en una
misión, así que él comprende la importancia de nuestro deber de misioneros. Es
un tipo a todo dar y conversamos mezclando el español y el portugués, así que
fue bien padre.
Bélgica es muy bonito y
aunque parece que llueve bastante, el aire le cae bien a mi piel.
¡Los quiero y ai’ nos
vemos la próxima semana!
Élder Carlos Enrique
Aburto