March 28th, 2016
Greetings from the wonderful
city of Brussels, Belgium.
This is my last P-day in
Brussels. I'll be moving to France in the town of Mulhouse, near the borders with Switzerland and
Germany. They're taking all
of the missionaries out of Brussels for a couple months or so. So yesterday, I had my last Sunday
in Brussels. It was very sad
and hard to say goodbye to all of the ward members, to all the people I grew to love over these past four
months. The members here love
us a lot and give us so much. I'll never forget them and now they feel
like family to me. We grew to be really close with the Young Adults and the Ward Mission Leader. There is a
special group here in this city
and every missionary who gets to serve here is very lucky. I've heard good things about the ward in Mulhouse
and my new companion, Elder
Bennett. It'll be cool to be right next to Switzerland and Germany.
This week was surreal. On
Tuesday morning, the Zone Leaders now famous, Empey and Wells, woke up early to take a visa-waiter,
Sœur Clain, to the airport so she should get to her
mission in Ohio. They left at
about 7:00 AM that morning. We then got a call at 8:20 AM from the Elders in Liege about the terrorist attack in
the airport and the missionaries
being injured. Then about an hour later, we were notified of a bomb going off in a metro. Needless to say,
we stayed inside for that
whole day, and for the whole week. We finally got out of our apartment yesterday to go to church and a member
had to drive us because
President Babin does not want us to us any public transportation in this city, in this time.
After church, a member drove us up to Ghent to see Elder Wells. He's
doing well. His hand has third
degree burns and looks really puffy with all the tape the doctors put on it. He's in great spirits and is on
his way back home to Utah
as I'm writing this email. President and Sœur Babin were in there with us and they offered to take us to see
Elder Empey. So we went with them
in their car. We got to see and talk to Empey for a little bit. He's also in great spirits and President
Babin gave him words of encouragement
for when he goes home. He's leaving tomorrow and both of them, Empey and Wells will receive treatment at
the University of Utah together.
The Norbys will go home this weekend, too. Sœur Clain is fine and in due time will be able to go to her
mission in the US.
President and Sœur Babin are
now looking for a new apartment for the Elders in Brussels. It looks like they will stop using this
one since it's just across
the street from Molenbeek. So we'll be the last missionaries ever to use this apartment.
We saw Elder Wells' and Elder
Empey's parents at the hospitals, and they're all in good spirits and are doing well.
That's all. Yesterday was the
most unique Easter Sunday I've ever had, with the mess here in Brussels, and transfers, but I will
never forget this
experience for the rest of my life.
Now I'll go to Mulhouse to
find the unexpected with my new comp, Elder Bennett, to write a new story with new paper.
We are being watched over and
protected always.
In the middle of the week
after the terrorist attack I was reading in DyC 122, which is when the
Lord speaks to Joseph Smith during his really hard time in the Liberty
jail. I was just thinking about the tragedy and how it must have
affected our missionaries and the people of our city, and verse 7 jumped
out at me, simply stating that every trial is for our well-being. It's a
lesson to learn that God allows bad things to happen and he allows Satan
to tempt us to test our faith, so that we can grow and become stronger.
I thought that was really cool.
With love,
Elder Aburto
El show debe continuar…
Élder Aburto
El show debe continuar…
28 de marzo de 2016
Saludos desde la
hermosa ciudad de Bruselas, Bélgica.
Pues nada, que hoy es
el último día de preparación que paso en Bruselas. Me van a mandar a Francia a
una ciudad que se llama Mulhouse que está cerca de la frontera con Suiza y
Alemania. Resulta que van a sacar a todos los misioneros de Bruselas por unos
meses. Así que ayer fue mi último domingo aquí en Bruselas y fue muy triste y
difícil despedirme de todos los miembros del barrio, de toda esa gente a la que
llegué a querer a lo largo de estos últimos cuatro meses. Los miembros de aquí
nos quieren y nos dan mucho, nunca los voy a olvidar y ahora los siento como si
fueran parte de mi familia. Cultivamos una gran amistad con los adultos
solteros y el líder de la obra misional. Es un grupo de personas muy especial
el que hay en este lugar y todos los misioneros que sirven aquí son muy
afortunados. También he escuchado buenos comentarios sobre el barrio de
Mulhouse y de mi nuevo compañero que será el élder Bennett. Será padre estar
cerca de Suiza y Alemania.
La semana pasada fue
algo así como surrealista. El martes por la mañana, los líderes de zona, y
ahora famosos élderes Empey y Wells, se levantaron temprano para llevar al
aeropuerto a la Sur Clain, quien había estado esperando su visa por un tiempo
para servir en una misión en Ohio, EE. UU. Salieron como a las 7:00 AM.
Entonces, como a eso de las 8:20 AM, recibimos una llamada de los élderes de
Lieja avisándonos del ataque terrorista en el aeropuerto y que los misioneros
estaban entre los heridos. Más o menos una hora más tarde, nos informaron que
en el metro también había explotado una bomba. Sobra decir que ese día, y el
resto de la semana, nos tuvimos que quedar en el departamento. Fue hasta ayer
que pudimos salir del departamento para ir a la Iglesia y un miembro tuvo que
llevarnos en su coche porque el presidente Babin no quiere que usemos ningún
tipo de transporte público por ahora.
Después de la Iglesia,
un miembro nos llevó a Ghent para que viéramos al élder Wells. Él se encuentra
bien, en una mano tiene quemaduras de tercer grado y se ve como inflada por
todo el vendaje que le pusieron en el hospital. Está de buen ánimo y al momento
en que les escribo este mensaje ya va de camino para Utah. El presidente y la
Sur Babin estuvieron con nosotros y luego ofrecieron llevarnos a ver al élder
Empey. Así que fuimos con ellos en su coche y también pudimos ver y hablar un
rato con el élder Empey. Él también tiene una actitud muy positiva y el
presidente Babin le dio palabras de aliento para cuando se vaya a su casa.
Empey se regresará mañana y ambos élderes recibirán tratamiento en el hospital
de la Universidad de Utah. Los Norby, por su parte, parece que se irán a su
casa el fin de semana. La Sur Clain está bien y en su momento se podrá ir a su
misión a EE. UU.
El presidente y la
Sur Babin ahora andan en busca de un nuevo departamento en Bruselas para los
misioneros. Al parecer, ya no se usará éste en el que estamos porque está justo
en frente de Molenbeek. Así que nosotros seremos los últimos misioneros que
vivan en este lugar.
En el hospital vimos a
los padres de los élderes Wells y Empey, y también están de buen ánimo.
Y así están las cosas.
Ayer fue el domingo de Pascua más fuera de lo común que pueda haber tenido
debido a los acontecimientos de aquí en Bruselas y con el aviso de los cambios,
es una experiencia que nunca olvidaré.
Pues ahora iré a
Mulhouse en busca de lo inesperado con mi nuevo compañero, el élder Bennett, a
escribir un nuevo capítulo de esta historia en nuevo papel.
En todo momento se nos
cuida y se nos protege.
A mediados de las
semana, después del ataque terrorista, estaba leyendo D. y C. 122, que es donde
el Señor le habla a José Smith cuando atravesaba por momentos muy difíciles en
la cárcel de Liberty. Estaba pensando en la tragedia y en la forma en que
seguramente afectó a nuestros misioneros y a la gente de la ciudad, y el
versículo 7 me llamó la atención porque dice que las tribulaciones que pasamos
son para nuestro propio bien. Es una lección de que Dios permite que sucedan
cosas malas y permite que el adversario nos tiente para probar nuestra fe, y
así podamos madurar y hacernos más fuertes. Me pareció algo muy padre.
Los quiero,